Te ayudaremos a viajar - Despedidas (Okuribito - Yôjirô Takita, 2008)


El pobre Daigo es un mediocre violonchelista en una filarmónica Japonesa. No tienen demasiado público y Daigo acaba de comprarse un instrumento de 18 millones de yenes. Perfecto caldo de cultivo para un drama: problemas maritales, monetarios, introspectivos, sociales, etc... Y así es, la orquesta se disuelve, tiene que devolver su preciado Violonchelo y buscar un trabajo nuevo. Para cambiar de aires, él y su mujer Mika -diseñadora de páginas web-, se mudan a la casa en donde Daigo vivía con su madre cuando era pequeño. Buscando un nuevo trabajo, un anuncio de periódico llama su atención. Bajo el subtítulo "Le ayudaremos a viajar" y la condición de que no se necesita experiencia, el pobre y confundido Daigo se convence de que es el anuncio para trabajar en una agencia de viajes, pero nada más lejos de la realidad, ya que la entrevista de trabajo a la que se dirige es ni más ni menos que para ¡amortajador!, o como lo llaman en Japón, Nokan. Personajes no muy respetados en la sociedad nipona, que se dedican a vestir y preparar a los difuntos para ser enterrados o incinerados, mediante un vistoso ritual que se realiza delante de sus familias.




Despedidas es un drama con ciertos toques de humor negro. De esas películas sobre gente normal que vive en pueblos pequeños pero que tienen problemas singulares. En este caso podremos acompañar al protagonista en su viaje desde una vida que lo domina por completo, hasta un despertar individual que lo convierte en una persona mejor y más segura de si misma. Pero Despedidas no sólo es ésto, su director Yôjirô Takita tardó 10 año en rodarla, en ese tiempo tanto él como Masahiro Motoko (Daigo) se dedicaron a indagar más en el mundo del Nokanshi para poder plasmar más fielmente la consternacion tanto de las familias que observan el ritual como del propio amortajador. Incluso a Masahiro le dio tiempo de aprender a tocar un poco el Chelo para así hacer más creíble la interpretación de su personaje. Es, por tanto, una película con un recorrido mucho más amplio al que están acostumbradas este tipo de producciones. Y eso resulta en un conjunto muy emotivo que refleja perfectamente esa paradoja escondida tras la muerte que hace que te plantees la vida no sólo como algo que hay que vivir si no algo sobre lo que cada uno tiene que reflexionar para poder sacarle todo el potencial.

Y, bueno, algunas menciones especiales. A Tsutomu Yamazaki, que encarna al dueño de la casa de Nokan. Un actor con una dilatadísima trayectoria, del que, seguramente, un aficionado al cine Japonés haya visto más de una película. Y como no, el papel de mentor de Daigo lo borda sin reservas. Así y todo, el elenco de actores lo hace maravillosamente bien, pero a alguno tenía que destacar. Y, como colofón, para el que sepa apreciarlo, en una película en la que la parte musical tiene cierta importancia, que mejor para dirigir el apartado musical que el ubicuo Joe Hisaishi, al que no echaré más flores de las ya esparcidas por todo el blog, pero del que sí diré que ha hecho un trabajo sublime con el tema principal, emotivo y muy acorde.



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