El blues apático del cartero aburrido - Postman Blues (SABU, 1997)
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Tiene que ser abrumador ser un cartero en una urbe superpoblada japonesa... o no. Podrías pensar que el estrés ocasionado por tanta carta que repartir, no dejaría tiempo al hastío. Incluso a alguien le gustaría eso de ir de punta a punta de la cuidad con su bicicletita para sentirse vivo. Si Sawaki leyese estas líneas, posiblemente me lanzaría a la cabeza una lata de cerveza vacía, de esas que tiene tiradas por toda su casa y que le ayudan a conciliar el sueño. En esta tragicomedia se nos cuenta la historia de este Sawaki, cartero nippon, qué, en resumidas cuentas, está muy aburrido de su trabajo. Pero claro, esto no es gracioso, ¿trágico?, un poco, pero no tanto como para hacer una película. Así que, el director de culto Hiroyuki Tanaka (alias SABU) se encarga de amenizar la historia añadiendo a un aprendíz de yakuza que pierde un dedo en la bolsa del cartero. A un asesino a sueldo de capa caída que ve en Sawaki el espíritu de su juventud perdida, animandolo así a participar en una competición de asesinos. A un grupo de polícias harto entusiastas por capturar al sicario más buscado de Japón, nuestro carterito... es largo de explicar. Una historia de amor de lo más romántica, también protagonizada por el cartero. Y un malentendido de dimensiones absurdas que une todas estas historias, desencadenando un final bizarro que te deja un agridulce sabor de boca.
Destacadísima actuación de dos de los actores fetiche del director. En primer lugar tenemos a Shin'ichi Tsutsumi, el cartero, que junto a sus papeles en Monday y Unlucky Monkey (otras dos de las buenas de SABU), nos acostumbra a unos personajes pausados y un poco pánfilos, que borda sin ninguna duda. Y por otro lado, al mítico Ren Osugi, el asesino. Su dilatada experiencia con grandes directores como Kitano (que bien le quedaba la boina en Hana-bi) o Miike, estandartes modernos del Yakuza Eiga, y su gran afición por la caracterización de violentos Yakuzas, hacen que el papel de asesino a sueldo no tenga ningún secreto para él, de ahí la mención :).
Entretenidísima, algo lenta al principio, pero en constante y emocionande crescendo. Muy recomendable y aconsejable.
Destacadísima actuación de dos de los actores fetiche del director. En primer lugar tenemos a Shin'ichi Tsutsumi, el cartero, que junto a sus papeles en Monday y Unlucky Monkey (otras dos de las buenas de SABU), nos acostumbra a unos personajes pausados y un poco pánfilos, que borda sin ninguna duda. Y por otro lado, al mítico Ren Osugi, el asesino. Su dilatada experiencia con grandes directores como Kitano (que bien le quedaba la boina en Hana-bi) o Miike, estandartes modernos del Yakuza Eiga, y su gran afición por la caracterización de violentos Yakuzas, hacen que el papel de asesino a sueldo no tenga ningún secreto para él, de ahí la mención :).
Entretenidísima, algo lenta al principio, pero en constante y emocionande crescendo. Muy recomendable y aconsejable.