Todo se complica cuando un gorrión entra por tu ventana - Sparrow (Johnnie To, 2008)

Otra de Johnnie To. Menos activa, más reflexiva y de gran belleza técnica. Haciendo uso de parte del elenco de actores fetiche que lo acompañan en casi todas sus películas, compone una heroica historia sobre ladrones y personas robadas. En ella consigue expresar, con pocas palabras, valores amables - la amistad, la fidelidad o la valentía - además de otros más comúnes - lujuria, imprudencia u orgullo - que hacen de contrapunto realista en esta historia de latrocinios varios.
Kei, Bo, Sak y Mac son cuatro carteristas (Man jeuk -Sparrow- en Chino) en una ciudad con muchas carteras que robar. Chun Lei (¡uuuuy!) es una mujer que los persigue para conseguir robar, con las típicas armas de mujer, los favores, pero no los típicos favores, de los cuatro carteristas. Y Mr. Fu Kim Tong que es un ladrón jefe de ladrones que todo lo roba... el amor, la libertad y los pasaportes. Con la ayuda de tres y luego de cuatro de los raterillos, Lei pretende conseguir ser liberada de las garras del mejor ladrón de todo Hong-Kong.
Una historia más sencilla que a las que nos tiene acostumbrados el Sr. Johnnie. En lugar de acción, rebuscadas tramas y una infinidad de personajes con diferentes motivaciones, en ésta la cosa está clara; los "héroes" la bella "dama" y el malvado "ogro" que la tiene cautiva. Gracias a esta simplicidad en la trama, To se centra más en momentos de gran belleza narrativa y en las sutilezas del lenguaje no hablado. A destacar varios de esos momentos: la confusa escena del robo a cuatro bandas del principio, la graciosa persecución de la bella dama o el impresionante final bajo esa lluvia que cae a camara lenta mientras todos pretenden robar algo o evitar que éso sea robado.

La escenificación recuerda a las películas clásicas de ladrones, y está acompañada por música (china) alegre que hace que el film adquiera un cariz más vitalista que el del resto de películas del director. En palabras del propio To:
En el caso de Sparrow se mezcló mi interés por hacer un musical y una película sobre Hong Kong, mi ciudad, sobre sus calles y su gente. Desarrollé una historia en la que los personajes no dejaban de andar por las calles. Aunque no hice el musical, la última escena viene a ser como un número musical.




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